Una nueva empresa respaldada por Bill Gates asegura haber desarrollado mantequilla creada literalmente “del aire”, en lo que podría convertirse en uno de los avances más disruptivos de la industria alimentaria moderna.
El proyecto, denominado Savor y perteneciente a Orca Sciences, utiliza dióxido de carbono, hidrógeno y agua para sintetizar grasas idénticas a las naturales, sin necesidad de ganado, cultivos ni tierras agrícolas.

De acuerdo con sus desarrolladores, el producto final tiene el mismo sabor que la mantequilla tradicional.
El sistema empleado por Savor transforma CO₂ capturado del aire e hidrógeno obtenido del agua en grasas comestibles mediante procesos bioquímicos avanzados, y todo ello sin generar emisiones ni utilizar recursos agrícolas.
Bill Gates, uno de los principales inversionistas, destacó que la técnica “no libera gases de efecto invernadero y consume menos de una milésima parte del agua que requiere la agricultura”, al tiempo que defendió que se trata de un método “sostenible, escalable y delicioso”.

El primer producto creado por esta tecnología es la mantequilla sintética, que, según Gates, “sabe tan bien como la real, porque químicamente lo es”.
Su estructura molecular es idéntica a la mantequilla convencional, pero generada sin vacas, sin pastos y sin impacto ambiental.
Savor ya trabaja en otros tipos de grasas similares a las de la carne, la leche y el aceite de palma, este último señalado como uno de los factores principales de la deforestación global.
Investigadores de la Universidad de California en Irvine respaldan esta línea de producción. Un estudio publicado en Nature Sustainability revela que las grasas creadas en laboratorio generan menos de un tercio de las emisiones de la agricultura actual.
Steven Davis, autor principal, subrayó que la “síntesis de alimentos sin materias primas agrícolas podría reducir de forma drástica las emisiones y proteger la biodiversidad del planeta”, destacando que la tecnología evita depender de los ciclos lentos de la fotosíntesis.
A pesar del potencial transformador, el reto principal sigue siendo económico.
Actualmente, el proceso es costoso, pero los investigadores consideran que la producción a gran escala podría volverlo viable en un futuro cercano.
De lograrse, la industria alimentaria podría independizarse del clima, la tierra y los animales, dando paso a una nueva forma de producir alimentos sin degradar el entorno.
