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La comida puede activar metales tóxicos en el cuerpo

2 semanas atrás

Un estudio reciente ha encendido alertas en la comunidad médica al revelar que el gadolinio, un metal tóxico utilizado en las resonancias magnéticas con contraste, puede formar nanopartículas dentro del cuerpo humano, con posibles efectos severos en órganos como los riñones y el cerebro.

Este hallazgo, realizado por investigadores de la Universidad de Nuevo México, plantea nuevas interrogantes sobre la seguridad de uno de los procedimientos diagnósticos más utilizados en el mundo.

Los científicos descubrieron que el ácido oxálico, presente en alimentos cotidianos como espinaca, chocolate y bayas, podría desencadenar la separación del gadolinio de los agentes de contraste que habitualmente permiten su eliminación segura.

Bajo ciertas condiciones, ese metal puede liberarse y transformarse en diminutas partículas capaces de invadir tejidos humanos, un fenómeno que podría explicar casos de fibrosis sistémica nefrogénica, una enfermedad grave que afecta piel, articulaciones, pulmones y otros órganos.

El estudio, liderado por el Dr. Brent Wagner, demostró que algunos pacientes tienen mayor vulnerabilidad debido a su metabolismo, especialmente aquellos con niveles elevados de oxalato.

La formación de nanopartículas activa una respuesta celular intensa, lo que aumentaría el riesgo de síntomas severos incluso en personas que han recibido una sola exposición al gadolinio.

Además, se ha detectado la presencia del metal en sangre, orina y tejidos años después del procedimiento, lo que sugiere una acumulación silenciosa en el organismo.

Ante estos hallazgos, los investigadores consideran que las prácticas médicas podrían cambiar en un futuro cercano.

Wagner señaló que evitar la vitamina C antes de una resonancia con contraste podría reducir la formación de ácido oxálico y, por lo tanto, el riesgo asociado.

Aunque aún no existe una guía oficial, el equipo está creando un registro internacional de pacientes para estudiar factores de riesgo, analizar muestras biológicas y comprender por qué algunos individuos son más susceptibles que otros.

Los especialistas apuntan a que este enfoque personalizado permitirá mejorar la seguridad de las resonancias magnéticas, optimizar las recomendaciones preventivas y desarrollar alternativas más seguras para quienes presenten mayor vulnerabilidad.

La investigación abre una nueva etapa en la medicina preventiva, orientada a proteger mejor la salud de los pacientes y prevenir efectos secundarios de largo plazo.