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Comercio local que celebra el valor del maíz

3 días atrás

A través de redes sociales, el usuario Héctor Flores Molina informó que ofrece sus productos en la plaza de Cemex, donde comercializará Elotes “El Torito”, disponibles en variedades como elote grande fresco y elote desgranado.

El negocio, explicó, cuenta con locales establecidos en calzada Victoria, Monterrey, así como en el Parador Hidalgo, Nuevo León, además de compartir su contacto telefónico para pedidos.

El maíz: identidad, alimento y cultura

El maíz es más que un ingrediente en la dieta mexicana: es una columna vertebral económica, agrícola y profundamente cultural.

Sus raíces se remontan a las tradiciones ancestrales y pueblos originarios que, pese a múltiples adversidades, continúan defendiendo las semillas nativas frente a la entrada de granos transgénicos provenientes de Estados Unidos.

Diversidad que alimenta a una nación

En México se reconocen 64 razas de maíz, lo que lo convierte en uno de los cultivos con mayor diversidad genética del mundo.

Cada mexicano consume en promedio medio kilo diario, representando el 50% de su ingesta calórica y el 40% de proteínas.

De los 30 millones de toneladas destinadas al consumo directo, el 40% proviene de pequeños cultivos nativos, un tercio de unidades productivas del norte del país y otro tercio se importa; Sinaloa se mantiene como líder en producción nacional.

Un cereal que trasciende la cocina

El maíz no solo sustenta la alimentación: es la base de alrededor de 4 mil productos, que van desde aceites, harinas, jarabes y féculas, hasta artículos industriales y combustibles como el bioetanol.

Su importancia estratégica se refleja en la relevancia del maíz blanco para el consumo humano y del maíz amarillo para la producción ganadera, frituras, hojuelas y la industria almidonera.

Un cultivo apoyado y protegido

La magnitud del maíz para el país lo ha convertido en un cultivo prioritario para programas federales como los de la SAGARPA, que mediante incentivos tecnológicos y acompañamiento técnico buscan fortalecer la productividad.

Así, mientras comerciantes locales como “El Torito” mantienen viva la tradición del elote fresco, el país refuerza su compromiso con un grano que no solo alimenta, sino que define la identidad mexicana.