A través del grupo “Santa Lucía Ciénega de Flores (todo lo que gustes publicar)”, una usuaria denunció el hallazgo de un gato aplastado frente a su negocio.
El hecho, ocurrido cuando un proveedor no advirtió la presencia del animal debajo de su camioneta, provocó indignación entre los vecinos, quienes reclamaron mayor responsabilidad de los dueños y pidieron conciencia sobre los riesgos que enfrentan los animales domésticos.

En respuesta a la denuncia, otro usuario relató que en la calle Alonso de León fueron abandonados cuatro perros que sobrevivieron apenas unas semanas en condiciones críticas.
Según su testimonio, al menos tres habrían muerto por frío y hambre.
Otros vecinos afirmaron haber visto al gato horas antes del incidente y lamentaron la falta de cuidado vecinal.
Incluso, un integrante del grupo solicitó a bienestar animal realizar rondines, debido a la gran cantidad de perros y gatos en situación vulnerable.
Problemática nacional
Los testimonios vecinales se suman a una crisis nacional de abandono animal. De acuerdo con cifras de Mars Petcare, al menos 29.7 millones de perros y gatos viven en la calle en México, y cada año se abandonan 500 mil más.

Este fenómeno no solo afecta la salud física y emocional de los animales, sino que también representa un riesgo sanitario y ambiental para la población.
La UNAM explica que los animales en la calle pueden transmitir enfermedades como rabia, sarna, tiña y parásitos, además de afectar la biodiversidad local.
La UNAM desarrolla un modelo para combatir el abandono
Académicos de la FES Cuautitlán han trabajado en un programa multidisciplinario para promover la adopción responsable.
Su propuesta incluye criterios sobre economía familiar, espacio disponible, tiempo, salud del animal y análisis de conducta, con el fin de evitar adopciones impulsivas que posteriormente terminan en abandono.
El equipo recalca que muchas devoluciones de mascotas ocurren porque los tutores desconocen las necesidades reales del animal.
Albergues saturados
Aunque los albergues cumplen un papel clave para rescatar y proteger animales, sufren una saturación crónica que les impide operar adecuadamente.

Expertos señalan que la falta de regulación provoca condiciones deficientes y un uso limitado de recursos.
El riesgo, advierten, es llegar a prácticas extremas como ocurre en Turquía o Estados Unidos, donde algunos refugios aplican eutanasia a perros no adoptados, una medida que podría normalizarse si no se atiende la sobrepoblación.

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