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¿Sabías que existe un pueblo gobernado por gatos?

3 semanas atrás

En un rincón oculto de Japón existe un lugar donde los gatos no solo conviven con los humanos: prácticamente reinan sobre ellos.

Se trata de Tashirojima, una pequeña y enigmática isla conocida mundialmente como “La aldea de los gatos”, donde los felinos superan en número a las personas y se han convertido en verdaderos símbolos de buena fortuna. Pero, ¿cómo es que estos animales llegaron a dominar un pueblo entero?

Tashirojima pertenece a la prefectura de Miyagi y es famosa por su sorprendente equilibrio poblacional: cerca de 100 gatos para apenas 50 habitantes.

Lejos de ser un problema, los isleños los consideran una bendición e incluso una parte esencial de su identidad. Para ellos, estos animales representan prosperidad, buena suerte y una conexión espiritual con su historia.

La relación entre humanos y felinos en Tashirojima no es casual. Hace siglos, cuando la isla dependía de la industria de la seda, los gatos fueron introducidos para controlar a los ratones que amenazaban las crías de gusanos.

Con el tiempo, los pescadores comenzaron a ver en ellos “señales del clima” y guardianes del mar, dándoles un estatus protector. Su devoción llegó tan lejos que incluso construyeron un santuario en honor a un gato que murió accidentalmente durante unas obras.

Hoy, la vida en la llamada “aldea de los gatos” gira en torno a ellos. Los felinos viven libres, sin dueños, y todos los habitantes se turnan para cuidarlos. Además, la isla se ha convertido en un destino turístico irresistible para amantes de los animales, quienes llegan atraídos por su peculiar ambiente, sus paisajes tranquilos y la posibilidad de convivir con decenas de gatos amigables.

Eso sí: la isla tiene reglas estrictas, como la prohibición total de perros, para proteger la calma de sus habitantes felinos.

El turismo ha traído beneficios, como la reactivación económica y el aporte constante de donaciones para alimentar a los gatos. Sin embargo, también ha generado retos: algunos visitantes no respetan las normas y la alta afluencia puede alterar la tranquilidad del lugar.

Aun así, Tashirojima sigue defendiendo su identidad felina, celebrando cada 22 de febrero un “Día del Gato” que atrae a curiosos de todo el mundo.

Visitar Tashirojima es mucho más que ir a ver gatos: es una experiencia cultural, una lección de convivencia y un viaje a un lugar donde los animales no solo viven entre humanos… sino que se han ganado el título de reyes.

Si algún día viajas a Japón, este lugar mágico debería estar en tu lista obligada.